Durante el atardecer del sábado 14 de septiembre de 1996, los vecinos de las barriadas palmesanas de Son Coc, Reyes Católicos, Adria Ferran y la antigua plaza del Teniente Coronel Ramón Franco, observaron atónitos un potente brillo que se avistaba en el cielo, elevado 60º aproximadamente en dirección noroeste.
Los vecinos se asomaban a la calle y a sus balcones extrañados, a la vez que observaban aquel brillo que se movía lentamente sobre los cielos de Palma de Mallorca, en dirección Sur, con una velocidad angular de 2,5º/min. (como comparativa, la Luna Llena tiene un diámetro angular de 0,5º).
En seguida, algunos aficionados a la astronomía descartaron de que se tratase del brillo de Mercurio que se encontraba muy próximo al orbe solar, y la altura angular del planeta en aquellos momentos no coincidia con la posición en la que se encontraba aquel objeto tan brillante.
Finalmente, desde la calle Son Coc, concretamente, uno de los balcones de la 1ª planta de la vivienda 8-C, Bernat Carbonell Amengual junto a su nieto, apuntó un pequeño telescopio refractor de 800 mm hacia aquel brillo tan intenso.
Cual fue la sorpresa, de que a través del telescopio no apareció ningún objeto extraño, o aparato metálico con ventanas sobre la capital... aquel gran destello era emitido por un globo sonda meteorológico arrastrado por las corrientes de aire que reflejaba el brillo del Sol poniente en su superficie, mientras sobrevolaba la vertical situada entre los municipios de Calviá y Son Vida.
Fuente: stratocat.com.ar |
Durante algunos días los vecinos comentaban que era una lastima de que solo se tratase de un globo, otros simplemente desconfiaban, alegando de que era para calmar al vecindario, pero que un simple globo no armaria tal revuelo.
No se han encontrado reportes o avisos de que se viese este fenómeno en otras zonas o barriadas de la capital palmesana.
A decir verdad, es cierto que el brillo era realmente intenso, pero dada la posición del Sol, sumada a la situación y altura del globo, se formo el angulo perfecto para que se reflectase la luz en dirección a Palma, y durante unos minutos, hizo que las gentes de esas barriadas olvidasen sus mundanos quehaceres para observar un destello que para esperanza de muchos, solo fue algo fortuito, y por supuesto, mundano.